Finaliza el estudio “Equidad y Salud Menstrual”, una investigación que ha visibilizado las inequidades y la salud menstrual en España
La investigadora Laura Medina Perucha, del Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol i Gurina (IDIAPJGol), ha coordinado el estudio Equidad y Salud Menstrual en España, un estudio financiado por la European Society of Contraception and Reproductive Health. El estudio ha tenido como objetivo describir y entender las inequidades y la salud menstrual en mujeres y personas que menstrúan (PM) entre los 18 y los 55 años en España. Para conseguir los resultados, el equipo de investigación ha realizado estudios con tres grupos poblacionales: mujeres y PM, hombres y expertas en equidad y salud menstrual. Ha tenido una duración de dos años, desde noviembre de 2020 hasta diciembre de 2022.
Visibilizar la inequidad menstrual y las características de salud menstrual en España
El estudio ha identificado que las características menstruales en mujeres y PM varían según factores sociodemográficos, como por ejemplo, la edad. Este estudio identifica un avance de la edad de la menarquia (primer sangrado menstrual) en generaciones más jóvenes. La probabilidad de sufrir más dolor menstrual y síntomas premenstruales también se da mayoritariamente en participantes más jóvenes. También puede establecerse una relación entre la presencia de problemas económicos y las experiencias de dolor menstrual y de sangrados abundantes.
El estudio concluye que la inequidad menstrual afecta transversalmente a todas las mujeres y PM, dado su arraigo a sistemas sociales y políticos patriarcales y que la inequidad menstrual es una forma de inequidad de género. Sin embargo, las inequidades menstruales parecen afectar especialmente a aquellas mujeres y PM con mayores dificultades socioeconómicas, a algunos colectivos de migrantes, ya personas no binarias y trans que menstrúan.
Por otra parte, las respuestas de los profesionales sanitarios, a menudo limitadas a la visión biomédica y orientadas hacia la medicalización de la menstruación y del ciclo menstrual, y a la normalización del dolor menstrual y otra sintomatología relacionada, parecen constituir una barrera para el acceso a los servicios de salud por cuestiones relacionadas con la menstruación y el ciclo menstrual. Es por esta razón que tanto las mujeres y PM como las expertas en equidad y salud menstrual hicieron hincapié en la necesidad de fomentar la educación menstrual en profesionales de la salud en activo y también reforzar la educación menstrual en los currículos universitarios. Además, las expertas en equidad y salud menstrual abogan por la formación de equipos multidisciplinares, para que se tengan en cuenta la heterogeneidad de la población durante las consultas. También, sería necesario potenciar las figuras de agentes comunitarias para establecer vínculos entre los servicios de salud y las mujeres y PM que no acostumbren a acceder a ellos.
Medidas para mejorar la salud menstrual y reducir las inequidades menstruales
El estudio también incluye una serie de recomendaciones para reducir las inequidades menstruales y al mismo tiempo mejorar la salud menstrual de mujeres y PM. Éstas se centran en la necesidad de focalizar las estrategias e intervenciones políticas y comunitarias en dirigir los factores estructurales que contribuyen en la inequidad menstrual. En línea a esto, debería garantizarse la implementación de las políticas menstruales de forma integral (y no de forma disgregada). Además, es necesario desarrollar políticas específicas según las necesidades de diferentes colectivos (LGTBIQ+, personas con diversidad funcional, colectivos de migrantes en situación de vulnerabilidad, entre otros). Estas medidas deberían ir dirigidas a abordar el tabú, estigma y discriminación menstrual, potenciar la educación menstrual y asistencia sanitaria de calidad en los servicios públicos, asegurar el acceso a productos menstruales y a espacios por un manejo menstrual saludable, incluyendo la adaptación de espacios de laborales y educativos. Las investigadoras también inciden en la necesidad de promover la investigación en equidad y salud menstrual.