Un estudio publicado en la revista Nutrients, liderado por la investigadora del IDIAPJGol Esther Cendra y la investigadora de la Universidad Rovira i Virgili Nerea Becerra, concluye que seguir una dieta vegetal de baja calidad durante el embarazo –caracterizada por un consumo elevado de bebidas azucaradas, cereales refinados y otros alimentos procesados– se asocia con un mayor riesgo de problemas de conducta externalizantes en hijos e hijas, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el comportamiento opositor desafiante. En cambio, seguir una dieta vegetal saludable, rica en frutas, verduras y legumbres, no tiene efectos perjudiciales. Estos hallazgos ponen de manifiesto la importancia de distinguir entre alimentos vegetales saludables y no saludables al evaluar las dietas durante el embarazo.
En cuanto a los resultados, el estudio –basado en una muestra de 201 parejas madre-hijo de la cohorte ECLIPSES, proyecto liderado por la catedrática Victoria Arija en el Camp de Tarragona– identificó que una mayor adherencia a la dieta vegetal poco saludable durante el embarazo se correlacionaba con un incremento en la probabilidad de presentar comportamientos problemáticos como agresividad, TDAH y trastorno opositor desafiante. Estos efectos fueron especialmente pronunciados en las niñas. Por el contrario, la dieta vegetal saludable no mostró ninguna asociación estadísticamente significativa con ninguno de los parámetros de conducta infantil analizados.
Los resultados se obtuvieron a partir de cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos administrados a las gestantes, que permitieron calcular dos índices de calidad de la dieta según predominara el consumo de alimentos de origen vegetal saludables o no saludables. La evaluación de la conducta infantil se realizó mediante el cuestionario internacional Child Behavior Checklist. Los datos fueron ajustados por múltiples variables como la edad materna, la ansiedad durante la gestación, la calidad de la dieta del niño o niña, y otros factores obstétricos y sociodemográficos.
Este estudio parte de la idea de que la dieta materna desempeña un papel crucial en el desarrollo cerebral fetal. Esto se relaciona con otros estudios que concluyen que una alimentación rica en azúcares y alimentos procesados durante el embarazo puede favorecer procesos como el estrés oxidativo, la inflamación y el desequilibrio hormonal, que pueden afectar negativamente el neurodesarrollo. Otras investigaciones también apuntan a que estos efectos pueden tener una base epigenética y presentar diferencias entre sexos. Esto explicaría por qué las niñas son más sensibles a los cambios en la dieta materna durante la gestación.
Referencia del artículo:
Cendra-Duarte E, Becerra-Tomás N, Canals J, Jardí C, Arija V. Association of Prenatal Healthy and Unhealthy Plant-Based Diets with Behavioral Outcomes in Preschool Children. Nutrients. 2025 Apr 18;17(8):1372. doi: 10.3390/nu17081372. PMID: 40284235; PMCID: PMC12030138.