
David Verde es un geólogo muy atípico. Después de licenciarse, fue Research Manager en la UB, Project Manager en la Fundació Clínic, Promotor I+D+I en la Fundació Bosch i Gimpera y director de desarrollo de negocio en Ymaging. Hace cinco años aterrizó en el IDIAPJGol y ya hace dos que es responsable de innovación.
Tienes una trayectoria profesional un poco peculiar para ser geólogo, ¿no?
Hice geología porque era una carrera que me gustaba mucho. Pero bueno, surgieron otras oportunidades y el campo de la biología y la bioquímica siempre me había gustado mucho, también. Te entra el “gusanillo”, te gusta gestionar proyectos, aprendes a hacer convocatorias, ayudas a crear startups, spinoffs, a hacer transferencia de licencias o a patentar cosas y a transferirlas, ya sea al mercado o a otras empresas. Sí que es verdad que trabajé de geólogo un mes y un día, como si fuera una condena administrativa o penal. Y la verdad es que me decepcionó un poco cómo lo hacían y lo dejé.
En tu último proyecto antes del IDIAP, en Ymaging, formaste parte de un equipo integrado por ingenieros, científicos y especialistas para crear soluciones innovadoras específicas para las empresas. ¿Cómo fue aquello?
Montamos la empresa a partir de una subvención que creíamos que podían obtener del Fondo Emprendedores de Repsol, y la idea era hacer cosas que estuvieran muy al límite de la investigación aportando soluciones a empresas y, en definitiva, a la sociedad, en problemas que no se hubieran resuelto nunca. En un momento dado, la empresa llegó a crecer mucho pero las cosas no acabaron de funcionar. Planificar es muy fácil, pero a veces, ejecutarlas no lo es tanto.
Tengo entendido que desarrollasteis proyectos muy interesantes. ¿Nos recuerdas alguno?
Usamos inteligencia artificial, hacia el 2010, mediante imágenes, para descubrir enfermedades del cerebro o del corazón o para encontrar petróleo o gas en un yacimiento. También utilizábamos imágenes para averiguar el peso de un cerdo o habíamos de comer una cantidad ingente de almendras para conseguir que una reconocida marca de frutos secos no incorporara ninguna amarga en las bolsas que se ponían a la venta. El problema era que la única forma de comprobar en aquel momento si la máquina que habíamos diseñado acertaba o no era comiéndolas, y las amargas tenían un compuesto de cianuro que, además del sabor desagradable, si me hubiera comido 7 u 8, quizás habría acabado en el suelo.
Y hace 4 años das un giro y aterrizas en el IDIAPJGol. ¿Cómo fue todo?
Conocía a la anterior directora, Conxa Violant, y me dijo que había una sustitución por maternidad. Y también es verdad que la Atención Primaria me interesaba mucho porque era algo que no había tocado nunca, y tengo familiares que se dedican a ello, que están atendiendo a la gente y me hacía mucha ilusión dedicarme a ello.
Aunque ya habías pasado por una posición en el mundo de la medicina en la Fundació Clínic, ¿cómo viviste el cambio?
Cuando estaba en el Parc Científic de la UB aprendí muchas cosas en desarrollo de fármacos desde el punto de vista de diabetes en el primer grupo, obesidad y otros tipos de enfermedades también minoritarias. Y cuando estuve en el Clínic estaba en un grupo que era muy, muy, muy avanzado en aquellos momentos; hacíamos cosas de medicina maternofetal, y de hecho, la persona que nos dirigía era uno de los tres que operaban fetos en el mundo en aquella época. Aquí, en el IDIAPJGol, lo mejor es que estudiamos muchas enfermedades y no estamos centrados en una y, por eso, cada día aprendo cosas.
Te inicias como gestor de proyectos internacionales, pero hace 2 años que eres el responsable de la Unidad de Innovación. ¿Qué crees que estás aportando al IDIAPJGol?
Lo que estamos aportando, no solo yo, sino todo el equipo, es la idea de la vocación de servicio, de intentar ayudar a los otros investigadores; a ellos les costaba al principio entender dónde estaba la línea, por decirlo de alguna forma, entre investigación e innovación. Creo que esta línea cada vez está mejor dibujada. Intentamos que se sientan a gusto, que no tengan miedo, porque tienen como una red de seguridad que somos nosotros y que, en un momento dado, ya no necesitarán. A un cierto número de personas les hemos implantado esta semilla para que todo lo que están haciendo —que suelen llevar a cabo fuera de su horario de trabajo asistencial— no se quede como un papel, escrito en un cajón, sino que se implemente. Esta es nuestra obsesión. Y también tenemos un mantra: cuando tú implementas una cosa en Atención Primaria, la implementas en toda la población: en nosotros, en mi madre, en mi hermana, en mi vecino… Todo el mundo puede disfrutar de esta mejora.
Hablando de innovaciones, ¿en cuáles estás trabajando?
Algunos de los proyectos que tenemos más avanzados son desde aplicaciones para dejar de fumar hasta el diseño de un soporte para teléfono móvil para poder detectar y diagnosticar un tipo específico de vértigo que afecta a mucha gente, que normalmente no se trata de la mejor manera y que acaba siendo recurrente en muchos pacientes. Por ejemplo, Pau Gasol lo ha sufrido y ha estado meses sin jugar, y también Maialen Chourraut, una palista de aguas bravas, o la nadadora Mireia Belmonte, que estuvo casi seis meses sin poder nadar porque tenía este vértigo. Además de esto, también estamos trabajando con una persona que desarrolló un juego para intentar minimizar los efectos del Alzheimer o la demencia a raíz de un problema personal que sufrió su padre. Le estamos dando forma al proyecto para que en todas las consultas y en las residencias puedan tener este juego.
Esta semana se ha presentado el nuevo Programa Salut/IA, una apuesta estratégica para asegurar la ética, la equidad, la eficiencia y la sostenibilidad coordinada de las soluciones de inteligencia artificial en salud en Catalunya. Imagino que en el IDIAPJGol lo utilizáis desde hace tiempo, ¿no?
Sí que hay proyectos relacionados con este tema porque somos un partner atractivo por el hecho de gestionar el SIDIAP, aunque legislativamente tiene unas limitaciones que no permiten usarlo de la manera que muchos entes privados desearían. Ahora estamos empezando a hacer pruebas internas a pequeña escala y estamos empezando a tener buenas alianzas con centros que tienen buenos equipos de inteligencia artificial. De hecho, enviaremos un proyecto europeo relacionado con una enfermedad no comunicable, con la cual creemos que podríamos llegar a avanzar el diagnóstico entre 6 y 12 meses.
Como ya nos avanzabas, aplicar IA al SIDIAP podría dar unos resultados impresionantes…
Precisamente, otra cosa que queremos hacer es trabajar con bases de datos sintéticas, porque muchas de las limitaciones que tenemos utilizando bases de datos de pacientes reales nos las ahorraríamos. La gran ventaja es que disponemos del SIDIAP para poder crearlas; tenemos la tecnología, pero aún se tiene que comprobar la calidad real de estos datos.