Anna Berenguera: “Más del 39 % de los investigadores principales del IDIAPJGol tienen más de 60 años”

La adjunta a dirección del Instituto hace balance del retreat de grupos, celebrado el 19 de noviembre de 2025 en Badalona

  • 09 DICIEMBRE 2025

La adjunta a dirección del IDIAPJGol, Anna Berenguera, valora muy positivamente el segundo retreat de grupos del Instituto, celebrado el 19 de noviembre de 2025 en el Badalona Centre Internacional de Negocis (BCIN). Durante el encuentro se habló sobre la mejora de la colaboración entre los grupos de investigación, un tema que ya se había abordado durante el retreat anterior, y sobre el reto que supone el relevo generacional entre los investigadores principales. En cuanto a la primera cuestión, Berenguera destaca que las colaboraciones y la relación entre los grupos y los territorios han aumentado considerablemente desde el encuentro anterior, especialmente entre los grupos de la Unidad Transversal de Investigación y el resto. En relación con el relevo generacional, la adjunta a dirección del IDIAPJGol considera que es un reto que debe abordarse desde distintos ángulos: aprovechar el conocimiento de los investigadores que se jubilen, garantizar la continuidad de las líneas de investigación e identificar nuevas líneas emergentes, así como motivar a los profesionales asistenciales para que hagan investigación.

Este ha sido el segundo retreat de grupos del IDIAPJGol, después del de 2023. ¿Qué cosas han cambiado respecto al encuentro anterior?

En el primer retreat nos centramos en la colaboración y la relación entre grupos. De allí salió un producto, que fue el código de colaboración entre grupos, que dio resultados muy positivos. En 2025 hemos vuelto a abordar la relación entre grupos que, a pesar de las mejoras obtenidas, convendría reforzar, pero nos hemos focalizado sobre todo en el relevo generacional. Más de un 39 % de los investigadores principales de los 41 grupos de investigación del IDIAPJGol tienen más de 60 años. Desde la institución estamos llevando a cabo acciones para paliar esta situación, como la convocatoria del Premio Barbara Starfield para que los grupos consolidados puedan incorporar a una persona doctoranda con proyección internacional; hemos desarrollado una carrera profesional investigadora y colaboramos con los premios de final de residencia de la SEMFyC. Aun así, todavía tenemos grupos que quedan huérfanos porque no hay una persona menos sénior que pueda relevar a un IP que está a punto de jubilarse.

Además del investigador principal, ¿la edad del resto de investigadores de los grupos también es elevada?

Hay un poco de todo, depende mucho de los grupos. Lo que sí es cierto es que los IP son personas con una experiencia muy consolidada: lideran redes colaborativas, participan en proyectos de investigación nacionales e internacionales, tienen mucho conocimiento metodológico y mucha evidencia científica acumulada, y es importante que todo este conocimiento y todas estas relaciones no se pierdan cuando el investigador principal se jubile. Esto se puede conseguir incorporando a otras personas más jóvenes como coinvestigadores principales cinco o diez años antes de la jubilación del investigador principal. De este modo, la transición será más fácil. Si se hace este acompañamiento, el relevo no será tan duro. En el retreat hemos abordado estrategias comunes que se plasmarán en un documento.

Algún investigador comenta que le resulta difícil motivar a profesionales asistenciales jóvenes para que hagan investigación porque culturalmente dan prioridad a otras cosas. ¿Tiene esta percepción?

Las personas que se dedican a la asistencia y quieren hacer investigación deben sacar tiempo fuera de su horario laboral, y eso es difícil. Necesitamos personas que tengan curiosidad, necesidad de indagar, de mejorar la práctica clínica… Ya las hay, pero debemos motivarlas para que se incorporen a los grupos de investigación. Esta es la idea de las becas Barbara Starfield, pero también hay un tema más estructural: que consigamos que los profesionales de atención primaria puedan hacer investigación, porque muchas veces ponerse a investigar después de toda la jornada asistencial es un acto de heroísmo.

Además de las iniciativas que estamos impulsando desde el IDIAP para que los investigadores puedan liberar tiempo de su horario asistencial para hacer investigación, ¿qué otras actividades podrían hacerse?

Es importante aprovechar las peticiones que reciben las USR del territorio para captar y retener a las personas, y darles la posibilidad de liberarles tiempo para poder llevar a cabo estos proyectos de investigación e incorporarse a los grupos coordinados por la USR.

¿El problema del relevo generacional es un mal endémico del IDIAPJGol o afecta a todos los centros de investigación?

Es general. De hecho, en este ámbito nosotros estamos mejor que el resto. En todas partes hay una gran dependencia de los investigadores principales, que están envejeciendo. Deberíamos poder actuar con previsión y poner en marcha iniciativas de mentoría, como en algunos países europeos donde los profesionales se jubilan antes. Aquí hay IP que se jubilan a los 65 o 70, y empezamos a actuar cuando tienen 60 años, cuando deberíamos hacerlo antes. Sobre todo, estas acciones de mentoría, de dar relevo a personas más jóvenes. Es importante dar protagonismo a las sublíneas que puedan surgir dentro de los grupos.

El otro eje del retreat ha sido la colaboración entre grupos. ¿Cómo ve la situación actual?

Hemos hecho un mapa de relación entre grupos, que muestra muchas más colaboraciones que en el retreat anterior. Ahora todo el mundo sabe bien qué hacen los demás. También había grupos con sublíneas de investigación muy similares, que finalmente se han repartido. Queremos seguir mejorando estas relaciones. Los territorios continúan trabajando de manera endogámica, pero esto ocurre mucho menos que hace dos años.

¿Fue positiva la labor realizada en el retreat anterior para potenciar esta colaboración?

Sí, los grupos ubicados en la Unidad Transversal de Investigación ya colaboran mucho más con otros grupos y otros territorios; de hecho, esta es su función principal. La convocatoria de grupos AGAUR también ayuda a que los grupos tengan que unirse para cumplir los requisitos exigidos.

El grupo de salud mental es un ejemplo de unión de dos grupos de dos territorios distintos en uno solo. ¿Hay otros casos que se podrían replicar?

Ahora no hay ninguno más, pero tendrá que haberlos, porque hay grupos que tienen líneas similares que podrían unirse, sobre todo en el área de investigación en servicios de atención primaria, que acaba siendo una miscelánea de distintas líneas y sublíneas que deberían poder agruparse y reorganizarse. En este momento, estamos organizando el trabajo en grandes núcleos: salud mental, servicios de atención primaria, el área de prevención y envejecimiento y de enfermedades crónicas… Son grandes núcleos en los que debemos ir definiendo las líneas que los forman, y este es un trabajo que debemos realizar durante los próximos meses.

¿Qué resultados espera después de este retreat?

Espero que los debates que hemos tenido puedan materializarse en estrategias y retos para mejorar el relevo generacional y la colaboración entre grupos y territorios, con el fin de hacer una investigación en atención primaria más competitiva.

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